En las calles de León, Guanajuato, las paredes han dejado de ser simples límites urbanos para convertirse en lienzos vibrantes que narran historias, expresan identidad y dan voz a la creatividad local. En un movimiento sin precedentes, la institucionalización del graffiti está transformando la ciudad en un epicentro de arte callejero, con programas gubernamentales como el Muraleón. Por tanto, desde impactantes murales hasta intervenciones en espacios públicos, el grafiti ha encontrado un espacio legítimo para florecer, desafiando las percepciones convencionales y abriendo un diálogo entre la cultura urbana y la esencia de León. No obstante, despertando un sentimiento de oposición entre aquellos puristas de la identidad del graffiti -los famosos true- quienes critican la “oficialización” del arte urbano y defienden que sea un movimiento contra-establishment.
León, una ciudad histórica conocida por sus tradiciones arraigadas, está experimentando una revolución artística a través de la institucionalización del grafiti. Lo que alguna vez fue visto como un acto de rebeldía ahora se ha convertido en una forma de expresión respetada y apoyada. Un ejemplo de ello es el programa del gobierno municipal del Muraleón, el cual tiene como objetivo encauzar la actividad del arte urbano dentro de un marco artístico, de legalidad, mediante el apoyo a los artistas urbanos jóvenes.
Artistas locales y foráneos están liderando este movimiento, colaborando con autoridades locales y empresarios para llevar el arte callejero a nuevos niveles. Entre ellos se encuentran nombres conocidos en la escena del graffiti, como Peint Mares, cuyas obras han ganado atención a nivel local.
Este fenómeno ha ido tomando fuerza en los últimos 10 años, con un aumento significativo en la aceptación y promoción del graffiti por parte del gobierno y las instituciones con sus programas de arte urbano.
Desde los barrios más antiguos hasta los distritos comerciales, el grafiti se ha extendido por toda la ciudad, convirtiéndose en una parte integral de la identidad visual de León. Murales coloridos adornan paredes en lugares emblemáticos, mientras que espacios públicos se han transformado en galerías al aire libre.
Desde los barrios más antiguos hasta los distritos comerciales, el grafiti se ha extendido por toda la ciudad, convirtiéndose en una parte integral de la identidad visual de León. Murales coloridos adornan paredes en lugares emblemáticos, como el afamado xoloitzcuintle en el panteón San Nicolás, mientras que espacios públicos se han transformado en galerías al aire libre. El proceso de institucionalización ha implicado la colaboración entre artistas, autoridades locales y propietarios de espacios. Se han establecido normativas que permiten la creación de murales y obras en lugares específicos, proporcionando un marco legal para la expresión artística.
Igualmente, el artista Paint Mares se pronunció en una entrevista con el equipo, acerca de aquellos grafiteros en contra de esta oficialización del gobierno mediante apoyos y programas culturales. Negándose a participar en los mismos argumentando que la esencia del graffiti se pierde al colaborar con autoridades, expresando su descontento con las obras de los programas, sosteniendo la postura de que no se tratan de contenido verdaderamente artístico y más bien obras superficiales para la comercialización.
La institucionalización del grafiti en León, Guanajuato, no sólo ha cambiado la apariencia física de la ciudad, sino que también ha redefinido la relación entre arte y espacio público. Pero queda siempre la pregunta de debate ¿se considera realmente arte urbano si son obras bajo la tutela de programas oficiales?
